Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
VIAJE A LA AMÉRICA MERIDIONAL I



Comentario

CAPITULO VIII


Comercio de Quito y de toda su provincia, assi con

generos de España como con los propios del país y

otros del Perú



709 Por los dos antecedentes capitulos se puede hacer cabal juicio de lo que se produce y fabrica en la provincia de Quito, cuyos efectos sirven para mantener su comercio; las personas que mas regularmente lo exercitan son los europeos óchapetones, unos avecindados allí y otros de transito. Estos compran generos de la tierra, venden los de Europa y, con unos y otros, hacen su tráfico. Los del país, segun queda yá explicado, se reducen á lienzos de algodón, unos blancos, que llaman tucuyos, y otros listados, bayetas y paños, los quales llevan á Lima y, vendidos en ella para surtir todas las provincias interiores del Perú, retornan su producto, parte en plata y parte en hilados de oro y plata, franjas fabricadas en aquella ciudad y frutos como vinos, aguardientes y aceyte con otros generos de las mismas provincias, cobre, estaño, plomo y azogue. Los dueños de obrages ó bien remiten por su quenta los generos que se fabrican en ellos con los mismos comerciantes ó se los venden á estos si les proporciona la ocasion y el precio.



710 Quando hay armada de galeones en Cartagena, baxan estos mismos tratantes con sus caudales por Popayán, ó Santa Fé á emplearlos en efectos de Europa, los quales expenden á su vuelta en toda la provincia.



711 Los frutos de la tierra se consumen por lo regular dentro de la misma provincia, á excepcion de las harinas que se conducen á Guayaquil de los corregimientos de Riobamba y Chimbo, empleandose en su pequeño tráfico los mestizos y gente pobre de ellos. Este comercio podria ser mayor si el costo de los fletes no fuesse tan excessivo y aumentasse el precio de los generos, de modo que no quedan en proporcion para poder ser llevados de Guayaquil á otros parages donde hay escasez de ellos, con esperanza de que dexen alguna ganancia.



712 Assi, los generos fabricados en los obrages ó texidos en particular por los indios como los frutos en suelen llevar, aunque en cortas cantidades, á la jurisdiccion de Barbacoas, y es el primer ensayo de comercio en que se habilitan los chapetones; espendenlos á trueque del oro que allí se saca, y este lo embian á vender á Lima, donde tiene mas estimacion y mas precio. Igual salida logran los texidos para lo restante del govierno de Popayán y Santa Fé, cuyo comercio nunca cessa, pero de él no retorna en tiempo muerto, ó que no hay armada, otra cosa que oro, el qual sigue la misma via que el de Barbacoas.



713 De la costa de Nueva España se surte de tinta añil, cuyo consumo es considerable en los obrages porque la mayor parte de los paños que en ellos se fabrican son teñidos de azul, unico color de que para el vestuario gusta aquella gente. Por Guayaquil tambien se introduce el hierro y azero, tanto el de Europa como el de la costa de Guatemala, y estos dos generos, que tienen un gran consumo para el trabajo de las haciendas, suelen lograr tan altos precios que á veces vale el quintal de hierro á ciento y mas pesos, y ciento y cinquenta el de azero.



714 El comercio reciproco interior se reduce al expendio de los efectos de unas jurisdicciones en otras, y este lo mantienen entre sí los mismos vecindarios de las poblaciones y gente pobre. Los de la provincia de Chimbo compran en las de Riobamba y Quito tucuyos y bayetas de la tierra que se llevan á Guayaquil y, en cambio, de ellos suben de este con sal, pescado y algodón, el qual, yendo á labrarse al territorio de Quito, vuelve despues á el mismo de Guayaquil en texidos. Las jurisdicciones de Riobamba, Alausí y Cuenca mantienen comercio con Guayaquil por medio de las bodegas de Yaguache y el Naranjal.



715 Este comercio con los efectos del país, aunque sea corto en el numero de sus especies, reducido á solas las tres de paños, bayetas y lienzos, es grande en la utilidad respeto de que assi la gente pobre, que excede incomparablemente como la de conveniencias, á excepcion de la que habita en la capital, se visten de generos de la tierra, no sufragandoles sus possibles para comprar los de Europa, por cuya razon solo gastan de estos los españoles que tienen algun mediano pie de caudal y la gente mas lucida. De aqui se podrá inferir lo mucho que se trabajará en texidos en aquel territorio, y todo por mano de los indios en los obrages ó en sus casas, lo que contribuye á conservar el estado de su poblacion con el ministerio y ocupacion de las manufacturas.